Santoña
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LOCALIZACIÓN
Santoña es la capital del municipio con el mismo nombre, se encuentra en la comarca Trasmiera, en Cantabria. Limita con el mar Cantábrico casi en su totalidad. En el norte se sitúa la playa de Berria, en el sur la playa de San Martín, al este el monte Buciero y al oeste los municipios de Argoños, Escalante y Bárcena de Cicero
Este municipio está compuesto por la localidades de Dueso, Piedrahita y Santoña.
Santoña tiene una población de 11.451 habitantes y se encuentra situado a 7 metros de altitud y a 48 km de Santander. Podemos disfrutar de la anchoa y todo lo que rodea a la industria conservera, la Iglesia de Santa María del Puerto, el Palacio de Chiloeches, la Casa palacio del Marqués de Manzanedo y su jardín, el cementerio católico, el Instituto Marqués de Manzanedo, el Teatro Casino Liceo, los fuertes de Santoña: los de Napoleón, San Carlos y de San Martín, la Plaza de Toros, la Plaza de Abastos, la Plaza de San Antonio y el monumento a Luis Carrero Blanco y el monumento a Juan de la Cosa.
También podemos disfrutar de la Reserva Natural de las Marismas de Santoña, Victoria y Joyel y de su centro de interpretación, que podemos encontrar en el puerto de la localidad. La bahía de Santoña y las playas de Berria (con bandera azul) y San Martín, los montes Buciero, Berana y Rabona, así como ensenadas, puntas y acantilados, son elementos naturales que también podemos visitar.
En Santoña se celebran las festividades de La Cabalgata Reyes el 5 de Enero, Los Carnavales (de gran importancia), La Semana Santa, La Virgen del Carmen el 16 de Julio, La Virgen del Puerto del 7 al 11 de Septiembre, Santa Ana el primer fin de semana de Agosto, el Día del Niño el segundo domingo de Agosto y la Feria de la Anchoa.
HISTORIA
Muchos son los vestigios aparecidos en el Monte Buciero y que nos indican, tras una serie de estudios, que estuvo habitada por el ser humano desde el Paleolítico Superior (11.000 a.C) así como el arte rupestre de las cuevas del Perro y de San Carlos.
Desde la primera mitad del siglo I hasta el siglo IV d.C, Santoña era conocida como Portus Victoriae Iuliobrigensium, un asentamiento romano ubicado en el lugar por sus condiciones climáticas, que mantenían al abrigo su puerto (desde el que comercializaban con el sur de la Galia).
La primera referencia escrita sobre el Monasterio de María del Puerto (un importante centro religioso y político) se hace en el año 863. En el año 1038, el monasterio es restaurado de la mano del abad Paterno que, reorganizando a la comunidad religiosa y repoblando la zona, lleva a la localidad a su máximo esplendor, por esta razón muchos historiadores consideran al abad Paterno, el fundador de Santoña. En el año 1052 el monasterio pasa a depender de la Diócesis de Nájera.
En el año 1200 Laredo, una localidad vecina, recibía fueros del rey Alfonso VIII por los que el comercio de productos pesqueros y la descarga de mercancías se hacía íntegramente en su puerto, lo que impidió el desarrollo de Santoña.
En la Baja Edad Media, Santoña se volcaba en actividades relacionadas con el mar: el comercio, las pesquerías, y la construcción naval, que tuvo gran relevancia, pues en esta villa se construyó la nave Santa María (era propiedad de Juan de la Cosa) con la que Cristóbal Colón realizó la expedición en la que descubrió América.
En el año 1579 Santoña firmó la carta de hermandad con la Merindad de Trasmiera (que estaba incluido en el Corregimiento de las Cuatro Villas de la Costa del Mar) junto con Argoños y Escalante y a este distrito estuvo vinculado hasta la desaparición del Antiguo Régimen.
Los pleitos con Laredo fueron constantes, esto llevo a que la localidad acumulara una alta deuda que saldó el duque de Lerma, que obtuvo a cambio la mayor parte del territorio de Santoña. En 1705, un siglo después, Santoña realizó un pago que la libró de la jurisdicción señorial, pasando a ser una villa libre.
Con el gobierno de Felipe II, Santoña quedó incorporada en la Corona como Villa Real (en 1579) y se instalaron armadas con cañones en el monte Buciero, para proteger al pueblo de posibles ataques desde el mar. Esta protección no fue suficiente, en 1639, los franceses asaltaron la villa destruyendo viejas torres de la localidad. En el año 1719 otro ataque francés acabó con el proyecto de trasladar el astillero real de Colindres a Santoña.
Durante la Guerra de Independencia, Santoña fue tomada (año 1810) por los hombres del conde Cafarelu, durante esta ocupación se rehabilitaron y construyeron fortificaciones, años después se abandonaron, pues el lugar pasó a ser irrelevante en cuanto a su situación. Pero éste no fue el último ataque francés, en 1823 se produjo otra incursión, esta vez fueron los Cien Mil Hijos de San Luis, que querían acabar con el trienio liberal que había comenzado en 1820.
En el periodo anterior, Santoña se constituyó como ayuntamiento independiente y perteneció al partido judicial de Laredo hasta 1835 que pasó a formar parte del de Entrambasaguas. Finalmente en 1885 se transformó en cabeza de partido.
A finales del siglo XIX, el puerto pesquero de la villa despegó gracias, en parte, a pescadores vascos que habían llegado a la villa durante la tercera Guerra Carlista. Esta mejora llevó a realizar nuevas actividades y a la apertura de nuevos negocios. Los habitantes de la villa que conocían las técnicas necesarias abrieron así las primeras fábricas de conservas (conserveras y escabecheras). También en esos años llegaron a Santoña y a otros pueblo de la costa cántabra expertos salazoneros expandiendo sus industrias, aquí descubrieron un nuevo producto con un espectacular porvenir: La anchoa en salazón.
El libre mercado y lo que esto implica no existía por la falta de cofradía de pescadores (que más tarde aparecería) pero la disposición de un buen puerto y la adopción del vapor llevaron a una rápida expansión de la industria conservera algo que contribuyó al cambio de la estructura urbana, se ganaron terrenos al mar en la zona oeste de la localidad y ahí se instalaron las nuevas fábricas. En 1914, Santoña ya era el líder regional en esta industria, tenía 23 establecimientos y en 1931 había crecido hasta alcanzar ya los 40 establecimientos (16 de conservas y 24 de salazón).
En la Guerra Civil Española, en Santoña se produjo un capítulo trascendente, la rendición de los batallones nacionalistas vascos, en el Pacto de Santoña (año 1937).
Tras la Guerra Civil, Santoña se recuperó así como su industria. En los 70, 700 embarcaciones operaban para 43 empresas conserveras, pero no todos los años a partir de aquí fueron buenos, en los años 80 se produjo un desplome en la industria debido, sobre todo, a la reducción de captura del bocarte. En 1998 solamente resistían 29 industrias conserveras, aún así representaban la mitad de la región.
Además de la industria conservera, Santoña en la actualidad recibe gran numero de turistas que disfrutan de sus playas, sus bellos paisajes y su ocio.
[…] de Santander nos encontramos con la hermosa villa de Santoña. El íntimo vínculo entre Santoña y el mar lo han llevado a ser uno de los principales […]
[…] actividad económica de este pueblo costero es la pesca, algo muy similar ocurre en el pueblo de Santoña que depende de la pesca de anchoas; y como San Andrés es patrono de los marineros, estos solían y […]
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[…] puerto de Laredo, al igual que Santoña, a lo largo de su historia está muy ligado a la corona Española habiendo sido elegido por los […]
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