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Ermita de San Román de Moroso en Bostronizo

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LOCALIZACIÓN
Esta pequeña iglesia se encuentra en la localidad de Bostronizo, dentro del municipio de Arenas de Iguña, en la comarca del Besaya. Su acceso no es fácil, ya que se encuentra en una hondonada perdida en los montes de Bostronizo, sin embargo, desde la localidad está indicado el camino a la ermita que está a 3,5 kms. por una carretera sin asfaltar.

HISTORIA
No se tiene documentación alguna que confirme la fecha de construcción del edificio, aunque se cree que data del siglo X como resultado de las sucesivas oleadas de mozárabes que llegaban del al-Ándalus, huyendo de las sucesivas persecuciones desatadas por Mohamed II y Abderramán III. El primer documento conservado que nos permite comprobar la existencia de este convento, data de 1119. Es una escritura por la que la reina Urraca donó este monasterio de San Román al monasterio burgalés de Santo Domingo de Silos. Pertenecía al Monasterio de Moroso, que gozaba de gran importancia en la Alta Edad Media.

La primera información fidedigna que tenemos de la existencia de esta ermita data de 1119, año en el que la reina Doña Urraca de Castilla dona la propiedad al Monasterio de Santo Domingo de Silos (Burgos).

Esta información ha dado lugar a la aparición de numerosas leyendas sobre la ermita y sobre la supuesta estancia de la reina Doña Urraca, haciéndose eco la tradición de una Urraca enterrada en la propia ermita.

Esta iglesia fue declarada Bien de Interés Cultural en el año 1931.

ARQUITECTURA
Estamos ante una iglesia de pequeñas proporciones (no supera los 12 metros de largo ni los 6 de ancho), pero de construcción noble y de gran calidad, destacando la perfecta adecuación de los dos volúmenes que la forman y la regularidad de sus proporciones.

Se trata de un inmueble construido en piedra de sillería en las esquinas y sillarejo en el resto de la fábrica. Aunque siempre se le ha considerado de estilo mozárabe, la historiografía moderna es partidaria de adscribir la ermita al estilo denominado arte de repoblación.

Pasemos a hablar de los dos volúmenes que hemos dicho que forman la construcción. La nave principal consta de una portada con arco de herradura orientada al norte, cosa muy poco habitual que solo puede verse en otro ejemplo en toda España. A este arco le faltan las columnas y capiteles. Esta gran nave principal rectangular, tiene techumbre de madera y cubierta a dos aguas. La poca luz natural que entra en la estancia lo hace a través de dos estrechas ventanas rectangulares.

Adherida a esta nave tenemos un pequeño ábside rectangular cubierto con bóveda de cañón al que se entra por el interior por un arco triunfal de herradura con cimacios escalonados al que también le faltan las columnas. En el muro de dicho ábside se puede observar un pequeño vano monolítico también en forma de arco de herradura enmarcado en cruz patada.

En el exterior, destaca la espadaña que remata la fachada del ábside, orientada al este, con doble tronera de arco de medio punto y que, probablemente, se añadió en el siglo XVIII. También en el exterior, y en el apartado decorativo, podemos destacar los bellos modillones de lóbulos que rematan los muros, sosteniendo el alero, y que llevan decoración de flores de cuatro y seis pétalos y esvásticas.

En 1980 se empezaron a llevar a cabo los trabajos de restauración dado el mal estado de conservación en que se encontraba la ermita. Durante esta restauración, se localizó en su entorno una necrópolis altomedieval, que en seguida se comenzó a excavar para encontrar tumbas de lajas y enterramientos en sarcófagos.

La obra es una sólida edificación de piedra de sillería con piezas bien labradas y unidas casi siempre sin argamasa. Los muros constan de dos paramentos, uno interior y otro exterior, separados por una cámara interior de mampostería.

Las hiladas se conforman regularmente con la disposición de los sillares “a soga y tizón”. El ábside se orienta al Este como es tradicional, pero la puerta de ingreso se abre al Norte, debido a la morfología del terreno. Las restantes edificaciones de la zona, se orientan al Este por ser el lugar más llano. Esta puerta ha sido reconstruida, por lo que es muy probable que su aspecto actual, no sea el original.

La escasa decoración que presenta el templo se concentra en la ventana frontal de ábside y en los modillones que sostienen el alero del tejado. Por otro lado, hay que hacer mención de la separación existente entre el ábside y la nave, la escasa presencia de vanos y su estrechez para no menguar la solidez del muro, y la perfecta talla de la piedra de sillería. Los pequeños huecos cuadrados presentes en los muros son resultado del apoyo del andamiaje de madera utilizado para su construcción y que sirven posteriormente para airear y evitar humedades en los muros. El interior consta de dos espacios: el presbiterio y la nave. Como toda iglesia mozárabe, es posible que dispusiera de un cancel de separación entre ambos espacios.

La saetera en forma de ojo de cerradura, iluminaría directamente la mesa del altar. El arco triunfal de herradura ha sido reconstruido, por lo que no se pueden percibir las huellas o soportes para colocar las cortinas y las lámparas, que en el rito mozárabe, separaban el presbiterio de la nave. Estas cortinas se cerraban en el momento de la consagración, al que solo podían asistir los clérigos La nave rectangular es notablemente alta y se cubre con armadura de madera. La iluminación consistía en dos estrechas saeteras, produciendo un espacio oscuro y místico. Es muy probable que en su diseño se utilizase la vara castellana. Existe una nítida relación entre este templo y el siguiente, la parroquia de Helguera, con una decoración más tosca, en este último, pero también de una bella factura.

Fotos de la Ermita de San Román de Moroso en Bostronizo



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