Ferrería “El Gorgollón” en Pesquera
Localización
La ferrería “El Gorgollón” se encuentra localizada en la localidad de Pesquera del municipio del mismo nombre en Cantabria.
Historia
La ferrería “El Gorgollón” fue construida y fundada por don Marcos de Vierna Pellón en 1752.
Esta ferrería fundía aproximadamente 1800 quintales de hierro anuales con mineral procedente de Somorrostro.
El Gorgollón fue embargado por deudas hacia el año 1800, pasando a manos de don Ignacio Francisco Martínez y su mujer doña Juana de Vinar Quevedo. Ya en 1801 fue comprada por don Francisco González de Villalar, factor de la Real Provisión de Víveres de los Reales Ejércitos y Armada, quien aun en 1850 a pesar de su avanzada edad seguía siendo propietario de la ferrería.
Las edificaciones que comprendían el complejo “El Gorgollón” eran: una casa torre de tres niveles que era usada como vivienda, esta poseía una bodega en la planta baja, una presa con compuertas y estribos a ambos lados del rio y una hornera junto a ella.
Al lado de la torre había dos carboneras, un pajar y la rocha donde se guardaba el vino para los ferrones.
En este complejo industrial existían también dos hornos de raguar, estos se encargaban de calcinar y machacar la vena de hierro para una mejor fusión.
Sobre la rivera del rio y con el fin de aprovechar sus aguas se construyó un molino de piedra con ruedas, rodeznos, canal, paredones y manguardias.
Don Marcos de Vierna mando construir dentro del complejo una capilla bajo la advocación de la Concepción de Nuestra Señora con los permisos otorgados por los Provisores del Arzobispado de Burgos y licencia para celebrar la santa misa.
El paso del tiempo nos trae hasta los años cincuenta del siglo XIX donde las ferrerías empiezan a verse afectadas por la aparición dentro del mercado de grandes cantidades de hierro producido por una moderna y creciente industria siderúrgica tanto nacional como extranjera. Al verse reducidos los márgenes de ganancia y siendo el hierro forjado únicamente requerido por artesanos “El Gorgollón” opta por abandonar esta actividad pasando a adaptar sus instalaciones para la industria harinera.
Actualmente sólo quedan restos de un paredón del edificio de tres plantas.